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Ansiedad anticipatoria: por qué siempre tengo miedo de que pase algo

Ansiedad anticipatoria: por qué siempre tengo miedo de que pase algo
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Buencoco
Artículo revisado por nuestra redacción clínica
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Publicado el
24.8.2023

La ansiedad anticipatoria es un fenómeno que todos hemos experimentado en algún momento de nuestras vidas. Se trata de esa sensación de inquietud o preocupación que sentimos al pensar en eventos o situaciones futuras. Es una respuesta natural de nuestro cuerpo, diseñada para prepararnos ante posibles amenazas, poniéndonos en un estado de alerta para enfrentar lo que viene.

En ciertas circunstancias, esta anticipación puede ser beneficiosa. Nos permite planificar, prepararnos y reaccionar adecuadamente ante situaciones que requieren nuestra atención y acción. Sin embargo, cuando esta ansiedad se vuelve constante o desproporcionada, puede ser perjudicial. En lugar de ayudarnos, nos paraliza, nos llena de temores infundados y puede afectar negativamente nuestra calidad de vida.

A lo largo de este artículo, hablaremos de cómo se llama el miedo al futuro, sus causas, síntomas y cómo abordar la ansiedad anticipatoria para que no se convierta en un martirio diario.

¿Qué es la ansiedad anticipatoria?

Vamos a comenzar dando la definición de lo que se entiende por ansiedad anticipatoria o miedo al futuro. Para entender lo que es la ansiedad anticipatoria es esencial reconocerla como una respuesta emocional que surge al anticipar eventos o situaciones futuras, donde la mente, en un intento de prepararse, a menudo magnifica o distorsiona la realidad, llevando a una preocupación excesiva y a veces paralizante sobre lo que aún no ha ocurrido. Por ejemplo, como les ocurre a las personas con agorafobia, que temen y evitan lugares o situaciones que podrían causarles pánico, hacerle sentir atrapado, sin ayuda o avergonzado. Esta anticipación, aunque puede tener raíces en experiencias pasadas o en la naturaleza protectora de nuestro cerebro, puede afectar nuestra capacidad para vivir plenamente en el presente y disfrutar de las experiencias diarias.

Si bien el miedo a lo que sucederá en el largo plazo es una inquietud más o menos habitual, no es exactamente lo mismo que la ansiedad anticipatoria, pero son términos que suelen ir relacionados. De hecho, en psicología se utiliza el término de ansiedad anticipatoria para referirse a esa preocupación o temor ante eventos o situaciones futuras. En lenguaje coloquial, es cuando piensas que algo —normalmente malo— te va a pasar.

En cierto modo, el miedo al futuro es algo que todos podemos experimentar: muchas veces, lo que está por llegar es incierto e impredecible, lo que hace que imaginemos todo tipo de escenarios y situaciones adversas. Es un mecanismo de protección que nos prepara para enfrentar posibles amenazas y a lo largo de la historia nos ha servido como especie para evitar multitud de peligros (imagina al hombre prehistórico evitando ser devorado por un tigre o aplastado por un mamut, por ejemplo).

Ahora bien, la realidad es que en la actualidad nos enfrentamos a situaciones más mundanas que no siempre requieren estar en un estado de alerta. Cuando esta ansiedad anticipatoria se convierte en algo habitual y nos genera malestar, podemos hablar de una forma de trastorno de ansiedad generalizada (TAG), un trastorno psicológico que se caracteriza por una elevada tensión, ansiedad anticipatoria y una preocupación recurrente por eventos que aún no han ocurrido.

Un hombre con miedo al futuro y ansiedad
Foto de Nathan Cowley (Pexels)

Ansiedad anticipatoria en el trabajo

La ansiedad anticipatoria en el trabajo se refiere a la sensación de preocupación o temor que experimenta una persona antes de enfrentarse a una situación laboral específica. Esta puede surgir por diversas razones, ejemplos de momentos en los que se puede dar ansiedad anticipatoria pueden ser: la presentación de un proyecto, una reunión con superiores o la posibilidad de recibir críticas sobre el desempeño. 

El sentimiento de ansiedad por el futuro laboral también es muy habitual, sobre todo en las personas que sufren precariedad, inestabilidad y condiciones laborales poco satisfactorias. 

A menudo, la ansiedad anticipatoria puede afectar el rendimiento laboral, la toma de decisiones y la interacción con compañeros, convirtiéndose en un obstáculo para el desarrollo profesional y el bienestar personal. 

Ansiedad anticipatoria en las relaciones sexuales

En el ámbito de la psicología sexual, cuando hablamos de ansiedad anticipatoria nos referimos a la preocupación o temor que siente una persona antes o durante una situación íntima o sexual, y cómo afecta a la pareja esta ansiedad.

La ansiedad anticipatoria sexual puede surgir debido a experiencias pasadas negativas, miedos relacionados con el rendimiento, preocupaciones sobre la apariencia física, o temores de no satisfacer a la pareja. 

¿Es ansiedad anticipatoria o algo más?

Los tipos de ansiedad más comunes incluyen el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico, el trastorno de ansiedad social (fobia social), las fobias específicas, la hipocondría y el trastorno de ansiedad por separación o miedo al abandono. Aunque hay varios tipos de trastornos de ansiedad, todos comparten características de preocupación excesiva y miedo.

De estos, el trastorno de pánico y el trastorno de ansiedad generalizada pueden considerarse entre los más graves debido a la intensidad de los síntomas y al impacto significativo que pueden tener en la vida diaria de una persona. Precisamente, es la ansiedad anticipatoria uno de los síntomas clave que suele aparecer en todos estos trastornos. Por ejemplo, la ansiedad anticipatoria en los ataques de pánico es la que genera ese miedo que hace que la persona tenga pánico al pánico (o miedo al miedo, literalmente).

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) también se considera actualmente un trastorno de ansiedad en el DSM-5. Ansiedad anticipatoria y TOC son dos conceptos que están estrechamente relacionados, ya que las obsesiones en el TOC a menudo generan esa anticipación sobre posibles consecuencias negativas, llevando a la persona a realizar compulsiones para aliviar esa ansiedad.

Causas de la ansiedad anticipatoria

¿Por qué siempre pienso que algo malo va a pasar? Si bien, como ya hemos explicado anteriormente, pensar sobre lo que nos deparará el futuro, aunque sea en términos negativos, puede ser algo normal, no todas las personas tienen la misma tendencia a preocuparse o a anticipar futuras desgracias. Existen individuos más propensos o vulnerables a la ansiedad anticipatoria.

Una de las principales causas detrás de la ansiedad anticipatoria es la experiencia previa de situaciones traumáticas o negativas. Si alguien ha vivido un evento adverso en el pasado, es probable que desarrolle ansiedad por pensar en el futuro, anticipando que situaciones similares puedan repetirse. Por ejemplo, las personas que han sufrido o han sido testigos de un accidente de coche pueden desarrollar miedo a la muerte y ansiedad anticipatoria cada vez que tienen que montar en un vehículo.

El constante flujo de información negativa, ya sea a través de las noticias, las redes sociales o las conversaciones cotidianas, también puede alimentar ese miedo. Estamos constantemente bombardeados con escenarios que plantean que lo peor podría pasar y esto es pura gasolina para que las personas más vulnerables tengan más riesgo de desarrollar un trastorno de ansiedad anticipatoria. Seguro que muchas veces te has dicho: “cada vez que leo algo en redes, tengo miedo del futuro” o “voy a apagar la tele porque siempre tengo miedo de que pase algo malo en las noticias”. Teniendo en cuenta el panorama actual, parece comprensible tener este tipo de pensamientos, baste pensar en la preocupación por el cambio climático y el reciente fenómeno de la ecoansiedad.

La predisposición genética y la química cerebral son otros factores que pueden influir. Algunas personas están naturalmente más inclinadas a sentir ansiedad debido a su genética o a desequilibrios químicos en el cerebro. Además, hay ciertos rasgos de personalidad que generan una mayor tendencia a la rumiación y a enfocarse en las características negativas de los estímulos del entorno que también pueden contribuir y alimentar esa ansiedad anticipatoria.

Por último, el entorno y las presiones sociales también juegan un papel importante. Vivimos en una sociedad que valora estar siempre preparado para todo, lo que puede traducirse en una mayor necesidad por querer anticipar y tenerlo todo bajo control, generando así una espiral de ansiedad anticipatoria. De hecho, hay personas que han aprendido a creer que no tiene control sobre su situación y que cualquier esfuerzo para cambiar es inútil, lo que resulta en una sensación de indefensión aprendida. En situaciones extremas, como la guerra o los conflictos armados, es frecuente que esta desesperanza aprendida se una al aprendizaje vicario. Otras personas pueden llegar a tener incluso miedo a la ansiedad, esto es, la preocupación o el temor intensificado de experimentar síntomas de ansiedad, lo que a menudo agrava y perpetúa el problema.


¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad anticipatoria?

La ansiedad anticipatoria puede manifestarse de diversas maneras, y aunque los síntomas pueden variar de una persona a otra, existen algunas características comunes que suelen ser indicativas de este problema:

  • Palpitaciones: las personas pueden sentir que su corazón late más rápido o más fuerte de lo normal. Esta aceleración cardíaca es una respuesta del cuerpo al percibir una amenaza, incluso si esta es imaginaria.
  • Sudoración excesiva: aunque no haya un esfuerzo físico, la ansiedad puede provocar que el cuerpo sude más de lo usual, especialmente en las manos, pies y frente.

  • Temblores: estos pueden ser leves o más notorios, y suelen presentarse en las manos o en todo el cuerpo. Son una manifestación física de la tensión interna que siente la persona.

  • Sensación de ahogo: puede surgir la sensación de no poder respirar adecuadamente o de que el aire no es suficiente, lo que a menudo lleva a respiraciones rápidas y superficiales.

  • Dificultades para conciliar el sueño: El insomnio por ansiedad anticipatoria puede incluir pensamientos intrusivos y preocupaciones que mantienen a la persona en un estado de alerta, impidiendo un descanso adecuado.

  • Evitación de situaciones: el miedo a enfrentar ciertas situaciones o lugares puede llevar a la persona a evitarlos por completo, limitando sus actividades diarias y su interacción social.
La ansiedad anticipatoria y el insomnio
Foto de cottonbro studio (Pexels)

Test de ansiedad anticipatoria

Identificar la ansiedad anticipatoria es el primer paso para abordarla. Existen diversos tests y cuestionarios diseñados por especialistas que pueden ayudar a determinar la presencia y severidad de este trastorno. 

Estos tests suelen incluir preguntas relacionadas con la frecuencia y la intensidad de los síntomas, así como situaciones específicas que desencadenan la ansiedad. Eso sí, es importante recordar que, aunque estos tests pueden ser una herramienta útil, siempre es recomendable consultar a un profesional de la salud mental como un psicoterapeuta o un psicólogo online para obtener un diagnóstico preciso de ansiedad anticipatoria.

Ansiedad anticipatoria: soluciones y tratamiento

¿Cómo controlar la ansiedad por el futuro? ¿Es posible gestionar la ansiedad anticipatoria? Saber cómo calmar la ansiedad es el principal objetivo de todas las personas que sufren este problema y, afortunadamente, existen diversas soluciones para la ansiedad anticipatoria. 

Desde la terapia cognitivo-conductual, que ayuda a reestructurar pensamientos negativos y a exponerse a la ansiedad hasta reducirla a límites tolerables, hasta ejercicios de ansiedad anticipatoria diseñados para relajar la mente y el cuerpo que incluyen técnicas de relajación y de respiración profunda, prácticas de mindfulness y visualización positiva para gestionar y reducir el miedo o la preocupación sobre eventos futuros.

Por otra parte, otra técnica que ha demostrado ser efectiva es la meditación para evitar el miedo al futuro. Específicamente, el entrenamiento en atención plena te permite centrarte en el presente y reducir la preocupación por lo que está por venir y esa inquietud propia de la ansiedad anticipatoria.

En los casos más severos, puede ser necesario recurrir a la medicación para la ansiedad anticipatoria, siempre bajo supervisión de un especialista. Sin embargo, es vital recordar que cada persona es única, y lo que funciona para uno puede no ser efectivo para otro. Por ello, es crucial buscar ayuda profesional y personalizar el tratamiento según las necesidades individuales.

Con todo, es importante normalizar el hecho de que todos tenemos pensamientos y preocupaciones sobre el futuro. Es relativamente normal barajar escenarios futuros negativos; el problema surge cuando solamente pensamos en ellos (y no en los positivos) y esto nos impide desarrollar nuestra vida con normalidad debido a esa ansiedad anticipatoria que nos invade. Con todo, si te has preguntado cómo trabajar la ansiedad anticipatoria, ahora ya tienes más información disponible y no hay excusas para no ponerte a ello.

Y recuerda: si tú o una persona querida sufre este problema, puedes pedir ayuda. Nuestro equipo de psicólogos y psicólogas está disponible para ti, solo tienes que completar este cuestionario para que podamos conocer tu caso a fondo y ofrecerte un tratamiento personalizado.

Este contenido es de tipo divulgativo y no puede reemplazar el diagnóstico de un profesional.

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