Ansiedad

Hipocondría, un trastorno que no debemos subestimar

Hipocondría, un trastorno que no debemos subestimar
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Buencoco
Artículo revisado por nuestra redacción clínica
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Publicado el
23.1.2024

¿Sientes una constante preocupación por tu salud y cualquier cambio físico te asusta? ¿Crees padecer alguna enfermedad grave porque tienes sensaciones extrañas en tu cuerpo? Nuestro autocuidado y la preocupación razonable por nuestra salud es por supuesto beneficioso, pues nos ayuda a prevenir enfermedades o a cogerlas a tiempo. Pero toda preocupación excesiva acaba convirtiéndose en un problema. 

En esta entrada del blog hablamos de hipocondría, cuando la preocupación por la salud y el miedo irracional a enfermar toman el control en nuestra vida.

¿Qué es la hipocondría? 

El término hipocondría tiene un origen curioso, proviene de la palabra hipocondrio que a su vez viene del griego hypokhondrion (prefijo hypo ‘debajo’ y khondros ‘cartílago’). Antaño, se creía que el hipocondrio era la base de la melancolía. 

En el siglo XVII, la palabra hipocondrio se usó para hacer referencia a “espíritus inferiores” y a la “depresión”. Fue en el siglo XIX cuando su significado evolucionó a “persona que cree siempre sufrir una enfermedad” y así surgió la palabra hipocondría y se llamó a quienes la padecen hipocondríacos.

¿Y si consultamos en la RAE el significado de hipocondría? Esta es la definición que nos da: “Preocupación extrema por la salud, de carácter patológico”.

En psicología, la hipocondría o hipocondriasis (denominada en el DSM-5 trastorno de ansiedad por enfermedad) se relaciona con la ansiedad, ya que el principal síntoma de la hipocondría es la preocupación exagerada que la persona siente por padecer alguna enfermedad (hay casos en los que las personas sufren un temor desmedido a una enfermedad concreta, como es el caso de la cancerofobia, cardiofobia, el miedo a un infarto, o tanatofobia, el miedo a la muerte). Básicamente, la persona cree que tiene todas las enfermedades, aunque esto sea una percepción irreal.

La persona hipocondríaca siente ansiedad por su salud, tiene la sensación y la certeza de que cualquier señal en su cuerpo es una enfermedad grave, aunque no tenga evidencias de ello, pero el miedo que siente ante enfermar es irracional. En el caso de que la persona realmente tenga alguna afección médica entonces los niveles de ansiedad que experimentará serán todavía mayores, en ocasiones hasta el punto de tener miedo a perder el control sobre su propio cuerpo.

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Foto de Birdie Wyatt (Pexels)

¿Qué significa ser hipocondríaco?

¿Cómo es una persona hipocondríaca? En las redes y en internet encontrarás muchos testimonios de personas hipocondríacas, pero vamos a tratar de explicar cómo es vivir con hipocondría y cuál es el significado de hipocondríaco.

Sufrir trastorno de ansiedad por enfermedad implica vivir con miedo constante a adolecer una enfermedad o a tenerla y que este miedo avance y acabe por limitar la vida de quien lo padece.

Las personas con hipocondría hacen excesivas comprobaciones del funcionamiento de su cuerpo. Por ejemplo, pueden tomarse la tensión de forma recurrente, comprobar su temperatura, verificar si el pulso es normal, revisarse la piel, las pupilas de los ojos…

Además, el miedo que sienten estas personas va cambiando, es decir no se da con una única enfermedad. Un ejemplo de hipocondría: una persona puede experimentar temor a tener un cáncer de mama, pero si de repente empieza a tener dolores de cabeza, entonces puede empezar a sufrir por tener un posible tumor cerebral. 

Uno de los signos de hipocondría es recurrir con frecuencia a los médicos en busca de diagnóstico, aunque por otro lado, también hay quienes presentan evitaciones (sienten miedo de ir al médico y lo hacen lo menos posible) precisamente por la ansiedad y miedo que les da su salud.

Las consecuencias de la hipocondría llegan a afectar en el día a día de una persona. Por ejemplo, puede que evite lugares con mucha gente para no contraer nada o hacer actividades que consideren que ponen en riesgo su salud. La ansiedad que han experimentado estas personas durante la pandemia ha sido muy fuerte, no solo por el miedo normal a padecer una enfermedad, sino porque había un virus desconocido, una sobreinformación, bulos y hospitales y centros médicos colapsados.

Para poder decir que alguien es hipocondríaco tiene que manifestar esta ansiedad por la salud durante al menos 6 meses. Sí, si te preguntas ¿Qué hay detrás de la hipocondría? Como veremos más adelante, la ansiedad se halla muchas veces detrás de todos estos temores.

¿Cuáles son los síntomas de hipocondría?

Puede que te hayas preguntado: ¿cómo sé si soy hipocondríaco? Veamos a continuación cuáles son los síntomas de la ansiedad por enfermedad:

  • cognitivos;
  • físicos;
  • conductuales.

Síntomas cognitivos de la hipocondría

Los síntomas cognitivos son todas esas certezas de padecer una enfermedad.  Los estímulos que generan esta ansiedad son múltiples, por ejemplo: una revisión médica cercana, algún tipo de dolor que produce rumiaciones, estar pendiente del propio cuerpo en exceso para detectar posibles señales de que algo no anda bien, etc. 

Cuando el paciente hipocondríaco tiene que acudir al médico tiene la seguridad de que el resultado no será positivo, que seguro que ese mareo que siente es algo más y que le van a desvelar la existencia de una enfermedad grave. Hay casos en los que, cuando las pruebas revelan que no hay nada grave, la persona pone en duda la profesionalidad del personal sanitario considerando que no le han dado el diagnóstico acertado y va en busca de una segunda y de una tercera opinión.

Síntomas físicos de la hipocondría 

Cuando aparece algún malestar o alguna señal física automáticamente se asocia siempre a algo grave. No debemos confundir la somatización con la hipocondría, aunque la diferencia sea sutil. La somatización se focaliza en síntomas físicos, mientras la hipocondría lo hace en el miedo a una posible enfermedad.

La hipocondría genera mucha ansiedad en la persona para la que todos sus pensamientos y certezas catastrofistas en torno a su salud acaban repercutiendo en la parte física. Por ejemplo, con la ansiedad provocada se puede hiperventilar y eso puede acabar desembocando en que esa hipocondría puede producir síntomas como mareos, ansiedad estomacal, vértigos por estrés y esos síntomas físicos harán que todavía la persona se convenza más de que tiene una enfermedad. 

Otro ejemplo: si una persona que tiene dolor de cabeza cree que es debido a un tumor, la ansiedad que esta idea le generará hará que ese dolor aumente por la tensión a que se está sometiendo, y esto reafirmará la creencia. Es como el pez que se muerde la cola.

Síntomas conductuales de la hipocondría

Los síntomas conductuales por hipocondría son la evitación y las comprobaciones. En el primer caso, como ya hemos dicho antes, se trata de la resistencia a acudir al médico. En el segundo, se siguen una serie de conductas para comprobar o desmentir todo aquello que la persona cree que tiene.

¿Qué hará? Hipocondría e internet, podríamos decir que van de la mano. Una persona hipocondríaca de forma habitual hará investigaciones por internet para “autodiagnosticarse” (hay quienes acaban desarrollando cibercondría), también preguntará a otras personas o incluso irá de forma repetida al médico y le hará muchas preguntas.

El objetivo de la persona con estas comprobaciones es rebajar su nivel de ansiedad, pero en realidad lo que hace es entrar en un círculo de ansiedad. Hay que tener en cuenta que, cuando buscamos información por internet y vamos al apartado de los síntomas, la información es bastante general (en un artículo no se puede entrar con todo lujo de detalles en las causas, los síntomas, etc.) esa información tan general puede llevar a una persona a creer que su cuadro encaja a la perfección con esa enfermedad sobre la que se está informando.

Hay que tener en cuenta que para poder realizar un diagnóstico de hipocondría hay que valorar una serie de criterios, así como la frecuencia e intensidad de los síntomas, siempre a cargo de un profesional de la salud mental. Para ello se puede utilizar el test de hipocondría de Whiteley, un cuestionario autoadministrado de 14 ítems que analiza la gravedad de las actitudes hipocondríacas y el cambio tras aplicar un tratamiento.

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Foto de Carolina Grabowska (Pexels)

Causas de la hipocondría 

¿Por qué se desarrolla la hipocondría? ¿Por qué hay personas con hipocondría y otras no? Las causas pueden ser variadas y depende de cada caso, pero en general:

  • Experiencias pasadas como haber tenido que lidiar con alguna enfermedad en la infancia o que haya fallecido algún familiar tras una larga dolencia.
  • Historia familiar.  Si una persona se ha criado en el seno de una familia muy preocupada por la salud con frecuentes visitas al médico, puede que la persona “herede” esta costumbre.
  • Baja tolerancia a la incertidumbre. El desconocimiento de no saber a qué se deben algunas sensaciones de nuestro organismo y algunas dolencias puede hacer que se asocie a algo grave.
  • Altos índices de ansiedad.

Tipos de hipocondría

Aunque no existen distintos tipos de hipocondría, ya que este trastorno mental no se clasifica en tipos específicos, sí que puede manifestarse de diversas maneras y en distintos grados; ya sea como una preocupación persistente por tener una enfermedad grave, una atención excesiva a los síntomas físicos, o una variación en la intensidad y frecuencia de la ansiedad relacionada con la salud.

En algunos casos, la hipocondría puede ser leve, con preocupaciones ocasionales que no interfieren significativamente en la vida diaria de la persona. En otros casos, puede ser moderada, donde la ansiedad y la preocupación por la salud tienen un impacto notable en el funcionamiento diario, afectando las relaciones sociales y laborales. 

Por otro lado, la hipocondría grave puede llevar a una obsesión constante con la salud, con chequeos médicos frecuentes y una influencia disruptiva en casi todos los aspectos de la vida del individuo. La gravedad de la hipocondría puede fluctuar con el tiempo y está influenciada por factores de estrés, experiencias personales y el entorno del individuo.

Hipocondría y ansiedad: una relación habitual

La ansiedad va de la mano de muchas otras cosas que causan desasosiego, como la fobia social, la panafobia (o miedo a todo) y por supuesto que ansiedad e hipocondría se relacionan en gran medida la una con la otra, aunque no todas las personas que tienen ansiedad desarrollan hipocondría.

La ansiedad es una emoción que, en su justa medida, no es negativa, ya que nos alerta ante una posible amenaza. En el caso de un aprensivo o hipocondríaco, la amenaza, el peligro que le acecha es la enfermedad y eso puede hacer que su ansiedad se dispare.

Otra afección con la que se suele relacionar la hipocondría es con la depresión. Aunque son afecciones psicológicas diferentes que requieren de tratamientos distintos, es habitual que la persona hipocondríaca sufra alteraciones en su estado de ánimo ante tanto miedo, preocupación y frustración, además de problemas de aislamiento. Recordamos que solo un profesional de la salud puede ser quien determine si un caso se trata de hipocondría, depresión o ansiedad. 

Da el primer paso y supera tu hipocondría con terapia

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Hipocondría infantil

La hipocondría en niños también existe. Estos niños y niñas sufren el mismo miedo que las personas adultas, la ansiedad etc., la única diferencia es que ellos no pueden deambular de un médico a otro en busca de un diagnóstico, y dependiendo de su edad tampoco harán búsquedas por internet, pero desde luego que pedirán ir al médico o al hospital.‍

TOC de enfermedad e hipocondría

La distinción entre el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y la hipocondría es sutil. 

Las personas con TOC de enfermedad son conscientes de que su percepción de la realidad está distorsionada, mientras que las personas con hipocondría creen que su enfermedad es real. 

Además, las personas con TOC a menudo sufren en silencio, mientras que las personas con hipocondría tienden a buscar la opinión de otros y a expresar su temor y malestar.

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Foto de Cottonbro Studio (Pexels)

Tratamiento de la hipocondría

¿Cómo se cura la hipocondría? Uno de los tratamientos para tratar la hipocondría es la terapia cognitivo-conductual en la que se trabajan los pensamientos mediante reestructuración cognitiva, analizando y viendo qué errores de pensamiento se están cometiendo; o bien mediante defusión cognitiva, una técnica que busca ayudar a las personas a distanciarse y desidentificarse de sus pensamientos, viéndolos como meros productos de la mente en lugar de hechos inalterables.

La idea es plantear un pensamiento alternativo más objetivo y adaptado a la realidad, que la persona reduzca las ideas catastrofistas en torno a su salud, sus conductas y así conseguir poco a poco solucionar la hipocondría, dejando atrás el malestar y recuperando el bienestar. Los casos de hipocondría también pueden tratarse con el enfoque sistémico-relacional.

Además, en algunos casos, se pueden considerar medicamentos, especialmente si la hipocondría coexiste con trastornos de ansiedad o depresión. La colaboración entre el paciente, el psicoterapeuta y, en ocasiones, el médico de atención primaria es crucial para un tratamiento efectivo y una recuperación sostenida.

Cómo superar la hipocondría

¿Qué hacer si eres hipocondríaco? Lo primero que tienes que saber es que es posible dejar de ser hipocondríaco. Si sientes una preocupación excesiva por tu salud, lo mejor es que pidas ayuda psicológica, posiblemente acudiendo a un psicólogo especialista en hipocondría. No obstante, te indicamos una serie de pautas para saber cómo trabajar la hipocondría que pueden serte de utilidad:

  • Intenta a esos pensamientos catastrofistas darles un enfoque más objetivo.
  • Todas las personas cuando centramos la atención en cualquier parte de nuestro cuerpo, empezamos a percatarnos de sensaciones de las que no nos habíamos dado cuenta y esto puede llevarte a creer que son síntomas cuando no es así.
  • Las enfermedades no aparecen y desaparecen. Busca un patrón, ¿ese dolor intenso te ocurre cuando estás en horario laboral o siempre?
  • Prueba a dejar de lado esas conductas de comprobar. Nuestro cuerpo tiene diversas fluctuaciones a lo largo del día y eso va a repercutir en tu pulso o en pequeñas sensaciones de malestar que desaparecen sin más.

Además de estas pautas, también se pueden hacer ejercicios para calmar la ansiedad asociada a la hipocondría: por ejemplo, practicando mindfulness y técnicas de relajación como la respiración profunda y la meditación. Otra opción es leer libros sobre hipocondría, como “Cómo afrontar la hipocondría” de María Dolores Avia Aranda, un libro para pacientes y familiares que quieren entender este trastorno y poner en práctica pautas para superarlo; o “Hipocondría: el miedo a la enfermedad” de Maike Ahlers, una guia para comprender paso a paso cómo librarse de la ansiedad por hipocondría.

Cómo tratar a una persona hipocondríaca

Si quieres resultar de ayuda para hipocondriacos, toma nota de los siguientes remedios para la hipocondría:

  • No te enfades con la persona hipocondríaca porque insista una y otra vez en ir a un médico especialista. Los pequeños cambios en tu organismo que tú no percibes, la persona que tiene este problema sí los nota y representan para ella angustia ante lo que ve como una prueba de tener una enfermedad. 
  • Destierra de vuestros diálogos este tipo de frases: “Estás exagerando” “No es para tanto” “Tú lo que tienes es cuento”. Recuerda que su miedo le incapacita para ver las cosas de otra forma y con estos comentarios no conseguirá calmar la hipocondría sino activarla más. Es una persona que sufre culpa, que no se siente comprendida, que no entiende qué ocurre y que no está inventado síntomas. Tampoco es una buena idea decir cosas como “te tienes que animar”. El estado anímico de una persona con hipocondría depende de otros factores.
  • Respeta su miedo y valora cada paso que dé para manejar la hipocondría.

La hipocondría a menudo es un trastorno subestimado, sin embargo, representa un auténtico sufrimiento para quienes experimentan síntomas persistentes de preocupación excesiva por la salud. Buscar ayuda psicológica profesional sin duda será necesario para superar el trastorno.

Este contenido es de tipo divulgativo y no puede reemplazar el diagnóstico de un profesional.

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