Trastornos mentales

Distimia: causas, síntomas y tratamiento de la depresión crónica

Distimia: causas, síntomas y tratamiento de la depresión crónica
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Artículo revisado por nuestra redacción clínica
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Publicado el
22.9.2023

Uno de los trastornos menos comprendidos (y quizás conocidos), pero que pueden llegar a ser muy incapacitantes, es la distimia. Aunque a veces este problema psicológico puede confundirse con una una tristeza constante, lo cierto es que la distimia es un trastorno del estado de ánimo que puede afectar significativamente a la calidad de vida de la persona que la padece y puede cursar de forma crónica.

A lo largo del artículo, abordaremos todo lo que necesitas saber sobre el trastorno distímico, desde su definición, hasta sus síntomas y el tratamiento disponible.

¿Qué es un trastorno distímico?

La distimia, también conocida como trastorno distímico, trastorno depresivo persistente o distimia depresiva, es una forma de depresión crónica. La definición de distimia, según los manuales diagnósticos, es la siguiente: un trastorno depresivo persistente caracterizado por un estado de ánimo deprimido que dura al menos dos años, con síntomas menos severos que los de la depresión mayor pero lo suficientemente crónicos como para afectar la calidad de vida.

El significado de distimia o su término proviene del griego "dys-", que significa "mal", y "thymos", que significa "estado de ánimo" (en inglés el término es “dysthymia”), en contraposición a “eutimia” (que significa ánimo equilibrado). Para entender lo que es la distimia en psicología hay que tener en cuenta dos aspectos clave: su cronicidad (puede durar desde dos años en adelante) y su interferencia en la vida diaria de la persona.

Ahora bien, casi más importante que saber lo que es el trastorno de depresión persistente es entender lo que no es; no se trata simplemente de una tristeza pasajera o una "mala racha"; hablamos de una forma de depresión persistente que afecta a múltiples áreas de la vida, desde las relaciones interpersonales hasta el rendimiento laboral. Aunque los síntomas pueden ser menos intensos que los del trastorno depresivo mayor (la condición más común entre los trastornos del estado de ánimo), su duración prolongada los convierte en igualmente incapacitantes a largo plazo.

Trastorno distímico: causas

¿Qué provoca la distimia? Las causas de la distimia son multifactoriales y pueden incluir factores genéticos, ambientales y psicológicos. Una pregunta común es si la distimia es hereditaria. Aunque no hay una respuesta definitiva, la predisposición genética puede jugar un papel en el origen de este trastorno psicológico.

Se sabe que las bases biológicas del trastorno distímico y la depresión son similares e implican alteraciones en el flujo sanguíneo y la actividad en varias regiones cerebrales, incluidas las áreas frontal y parietal. Estas irregularidades sugieren que tanto la depresión mayor como el trastorno distímico comparten mecanismos neurales similares que afectan el estado de ánimo y el comportamiento emocional.

Entre los factores ambientales, es importante destacar la importancia de las experiencias vitales en el desarrollo de este tipo de depresión crónica. Situaciones como el abuso emocional o físico en la infancia, la pérdida temprana de un ser querido o el vivir en un entorno familiar disfuncional pueden ser factores desencadenantes. Estas experiencias no solo pueden iniciar el trastorno, sino también perpetuar un ciclo de tristeza y desesperanza que se convierte en crónico.

Es fundamental conocer qué es la distimia y sus causas para entender mejor cómo abordar el trastorno. Factores como el estrés crónico, las experiencias traumáticas y los problemas de salud mental coexistentes también pueden contribuir, y por eso es importante realizar un buen análisis tanto de la persona como de su contexto.

Una mujer pensando cómo superar la distimia
Foto de Engin Akyurt (Pexels)

Características de una persona con distimia

¿Cómo es una persona con distimia? Aunque los síntomas pueden variar, generalmente incluyen tristeza crónica, falta de interés en actividades diarias (anhedonia) y problemas de concentración. Para poder hablar de trastorno distímico, la persona debe experimentar un estado de ánimo deprimido durante la mayor parte del día durante al menos dos años.

Según el Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales o DSM-5, además del estado de ánimo deprimido, otros síntomas pueden incluir:

  • Baja autoestima
  • Sentimientos de desesperanza
  • Fatiga
  • Problemas para tomar decisiones 
  • Alteraciones en el sueño y el apetito.

La distimia también puede manifestarse en niños y adolescentes, aunque los síntomas pueden diferir ligeramente de los que se observan en adultos. La distimia infantil se presenta como irritabilidad persistente en lugar de la tristeza crónica típica en adultos. La distimia en adolescentes puede incluir dificultades en la escuela, en sus relaciones con amigos y familiares, y en su desarrollo emocional general.

Los criterios diagnósticos de distimia en el DSM-5 también especifican que los síntomas deben causar un malestar clínicamente significativo o una disminución en las áreas sociales, laborales u otras áreas importantes del funcionamiento. Además, los síntomas no deben ser el resultado de una condición médica o el uso de sustancias.

¿Y cómo se diagnostica la distimia? Básicamente, el diagnóstico se basa en una evaluación clínica exhaustiva que incluye una entrevista y, a menudo, cuestionarios o autoinformes. También puede utilizarse un test de distimia, aunque es crucial que la evaluación definitiva la realice un profesional de la salud mental capacitado para interpretar los criterios diagnósticos de distimia y diferenciar este trastorno de otros trastornos del estado de ánimo o condiciones médicas.

¿Hasta qué punto la distimia es incapacitante?

Hay personas diagnosticadas de distimia que siguen siendo capaces de realizar sus actividades diarias y responsabilidades, aunque sea con dificultad o falta de disfrute. Cuando esto ocurre, los profesionales suelen hablar de depresión funcional. 

Ahora bien, la distimia también puede ser altamente incapacitante, afectando la calidad de vida, el rendimiento laboral y las relaciones personales. La incapacidad por distimia es una realidad. El trastorno distímico puede llevar a períodos prolongados de ausentismo, lo que finalmente puede llevar a una baja laboral por distimia. 

Además, la distimia tiene grado de discapacidad, aunque este puede variar de una persona a otra. En función del nivel de progresión de la enfermedad y las complicaciones asociadas, la evaluación del grado de discapacidad por distimia puede variar. Generalmente, para casos de distimia con un impacto moderado en la vida diaria, es probable que se asigne un grado de discapacidad mínimo del 33%. Sin embargo, en situaciones más severas, especialmente cuando la distimia se presenta junto con otros trastornos o condiciones médicas, el grado de discapacidad podría superar el 65%. 

Comorbilidad: ¿qué otros trastornos se dan con la distimia?

La distimia raramente se manifiesta de forma aislada; más bien, suele coexistir con otros trastornos o enfermedades médicas. Esta comorbilidad no solo complica el diagnóstico, sino que también puede hacer que el tratamiento sea más complejo. 

Si bien la depresión no "causa" otras enfermedades en el sentido estricto, puede estar fuertemente asociada con un mayor riesgo de padecer diversas condiciones médicas, como enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, y trastornos del sueño, entre otros. Además, la depresión puede exacerbar los síntomas de enfermedades crónicas preexistentes.

La presencia de distimia junto con otros trastornos puede agravar los síntomas de cada condición individual. La comorbilidad también puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de la persona. 

A continuación, presentamos algunos ejemplos de comorbilidades.

Distimia y fibromialgia

La relación entre distimia y fibromialgia es especialmente significativa. Ambos trastornos presentan síntomas superpuestos como fatiga extrema y dolor crónico generalizado, lo que puede hacer que el diagnóstico diferencial sea difícil de llevar a cabo. 

Distimia y bipolaridad

Es fundamental establecer una distinción clara entre distimia y trastorno bipolar, a pesar de que en algunos casos puedan presentarse de manera conjunta. Mientras que la distimia se caracteriza por un estado de ánimo deprimido crónico y sostenido, el trastorno bipolar incluye fluctuaciones extremas del estado de ánimo que van desde episodios depresivos hasta episodios de manía. 

Para distinguir entre un episodio depresivo asociado con el trastorno bipolar y los síntomas típicos de la distimia, es crucial llevar a cabo un diagnóstico diferencial adecuado.

Por otra parte, hay personas que se preguntan si la ciclotimia (que comparte parte de la raíz etimológica con distimia) tiene algo que ver con el trastorno distímico. En realidad, la ciclotimia es un trastorno del estado de ánimo que implica fluctuaciones leves entre la hipomanía y la depresión, así que son trastornos completamente diferentes, por mucho que puedan compartir parte de la sintomatología asociada a los episodios depresivos.

Distimia y alexitimia

La alexitimia, definida como la dificultad para reconocer y verbalizar emociones, es otra condición que puede presentarse junto con la distimia. La alexitimia puede hacer que sea más difícil para el individuo comunicar sus síntomas y emociones, lo que a su vez puede obstaculizar el proceso terapéutico.

Además, la combinación de alexitimia y distimia puede intensificar los síntomas de esta última, como la tristeza crónica y la falta de interés en actividades diarias, ya que la incapacidad para identificar y gestionar emociones puede llevar a un mayor aislamiento y desapego emocional.

Distimia y ansiedad

Los trastornos de ansiedad pueden aparecer de forma comórbida con la distimia de forma bastante recurrente. La ansiedad generalizada, por ejemplo, puede coexistir con el trastorno distímico, en lo que se a menudo es conocido como como "distimia ansiosa" o trastorno depresivo persistente con ansiedad. Esta combinación puede exacerbar los síntomas de cada trastorno y dificultar la recuperación y el tratamiento.

Distimia y anhedonia

Aunque la anhedonia no es un trastorno en sí mismo, sino más bien un síntoma, su presencia es común en personas con distimia. La anhedonia se refiere a la incapacidad para experimentar placer o interés en actividades que normalmente se considerarían gratificantes (básicamente, cuando no tienes ganas de hacer nada). Este síntoma puede agravar la ya de por sí experiencia incapacitante de la distimia, haciendo que las actividades diarias y las interacciones sociales se vuelvan aún más complicadas.

La coexistencia de anhedonia y distimia puede crear una dinámica perjudicial: la falta de placer o interés puede intensificar los sentimientos de tristeza y desesperanza, que a su vez pueden exacerbar la anhedonia. 

Distimia estacional

La distimia estacional es una variante del trastorno distímico que se manifiesta con síntomas más intensos durante ciertas épocas del año, comúnmente comienza en el otoño, aunque también puede darse en primavera (en este caso, se le conoce como “distimia primaveral”). Este tipo de distimia comparte muchas de las características de los trastornos afectivos estacionales, como el trastorno afectivo estacional.

Las personas que experimentan distimia estacional pueden notar un aumento en los síntomas como la tristeza, la fatiga y la falta de interés en actividades durante los meses específicos, lo que puede requerir un ajuste en su plan de tratamiento.

La distimia con ansiedad es más frecuente en mujeres
Foto de cottonbro studio (Pexels)

Diferencia entre distimia y depresión

Una de las preguntas más comunes que surgen cuando se habla de trastornos del estado de ánimo es la diferencia entre distimia y depresión, específicamente el trastorno depresivo mayor. Aunque ambos son trastornos del estado de ánimo que implican sentimientos de tristeza y desesperanza, hay diferencias clave que los distinguen.

La primera diferencia entre trastorno depresivo mayor y trastorno depresivo persistente (otro nombre para la distimia) radica en la duración y la gravedad de los síntomas. Mientras que el trastorno depresivo mayor se caracteriza por episodios de depresión severa que pueden durar semanas o meses, la distimia es una forma de depresión moderada crónica que dura al menos dos años y tiene síntomas generalmente menos severos.

Otra diferencia entre depresión mayor y distimia es la respuesta al tratamiento. El trastorno depresivo mayor a menudo responde bien a una combinación de medicación y terapia psicológica, mientras que la distimia puede ser más resistente al tratamiento debido a su naturaleza crónica.

En algunos casos, la distimia puede coexistir con un episodio depresivo mayor. Cuando esto ocurre, el término utilizado para describir esta coexistencia es "depresión doble". Este escenario complica tanto el diagnóstico como el tratamiento, ya que los síntomas de ambos tipos de depresión se superponen y se intensifican mutuamente.

Distimia y sexualidad: ¿qué ocurre en las relaciones de pareja?

La distimia puede ejercer un impacto considerable en la vida sexual y las relaciones de pareja. La falta de interés en actividades que normalmente se considerarían gratificantes, como el sexo, puede generar tensiones y conflictos dentro de la relación de pareja. Este fenómeno se agrava aún más si consideramos que la comunicación emocional, un pilar básico en cualquier relación, también puede verse afectada por la distimia.

La disminución del deseo sexual y la falta de intimidad emocional pueden llevar a un círculo vicioso en el que la distimia y los problemas de pareja se retroalimentan mutuamente. Es común que la persona con distimia se sienta incomprendida o poco apoyada, lo que puede generar resentimientos y más tensiones en la relación.

Por lo tanto, es crucial abordar la distimia de manera integral, considerando su impacto tanto en el individuo como en su pareja. Como veremos a continuación, el tratamiento puede incluir terapia de pareja, además de intervenciones individuales, para abordar los problemas específicos que la distimia presenta en el contexto de una relación amorosa.

Distimia: tratamiento

Vivir con depresión crónica puede ser realmente complicado y muchas personas se preguntan cómo salir de una depresión. La vida de una persona con distimia suele estar marcada por una tristeza profunda y persistente que va más allá de la tristeza que todos experimentamos puntualmente ante las adversidades de la vida, y esto hace que estas personas puedan tener una sensación de indefensión y desesperanza.

Sin embargo, la buena noticia es que la distimia se cura; o, para ser más precisos, tiene tratamiento efectivo. Ahora bien, ¿cómo se puede curar la distimia (o tratar)? Lo que está claro es que no es un proceso rápido ni es fácil salir de la distimia y recuperar un estado de bienestar emocional, pero con el enfoque de tratamiento adecuado, es posible. 

Existen distintos tipos de tratamientos psicológicos y farmacológicos. Ahora bien, ¿cuál es el mejor tratamiento para la distimia? Aunque cada persona puede responder de distinta forma, hay intervenciones que cuentan con un mayor respaldo de evidencia científica y son más efectivas. Veamos cuáles son.

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC): este enfoque ayuda a las personas a identificar y modificar patrones de pensamiento y comportamiento negativos. La TCC es especialmente útil porque proporciona herramientas prácticas y estrategias que los individuos pueden aplicar en su vida diaria para combatir los síntomas de la distimia. Además, la eficacia de esta terapia está respaldada por numerosos estudios científicos, lo que la convierte en una opción de tratamiento altamente recomendada.
  • Medicamentos antidepresivos para la distimia: determinados fármacos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), son comúnmente utilizados para tratar la depresión crónica y pueden resultar efectivos en algunos casos. También pueden emplearse estabilizadores del ánimo. No obstante, hay que tener en cuenta que la persona puede padecer efectos secundarios y que el tratamiento debe ser supervisado por un profesional de la medicina.
  • Terapia Interpersonal: este enfoque se centra en mejorar las habilidades de comunicación y las relaciones interpersonales. La terapia interpersonal ha demostrado efectividad en el tratamiento de la depresión y otros trastornos del estado de ánimo.
  • Terapia de pareja o familiar: este tipo de enfoque terapéutico es especialmente útil cuando la distimia afecta la dinámica de una relación de pareja o de la familia. En estos casos, la terapia no solo se centra en el individuo con distimia, sino también en cómo el trastorno impacta las interacciones y el bienestar emocional de todos los miembros involucrados. 
  • Programas de ejercicio y nutrición: mantener un estilo de vida saludable puede tener un impacto significativo en el manejo de los síntomas de la distimia y puede ayudar a la persona a tener una vida más estructurada. Este tipo de actividades actúan como reforzadores y pueden mejorar el estado de ánimo, impactando positivamente en la calidad de vida.

Si llevas mucho tiempo con síntomas característicos de la distimia, como cansancio, tristeza, pocas ganas de hacer actividades o un sentimiento de desesperanza, es importante que solicites la ayuda de un profesional para que pueda evaluar tu estado psicológico.

En Buencoco contamos con un amplio equipo de profesionales de la salud mental, psicólogos y psicólogas, que pueden ayudarte a encontrar el equilibrio que necesitas en tu vida. No dudes en rellenar este cuestionario personalizado para que podamos evaluar tu caso y ofrecerte el mejor tratamiento disponible.

Este contenido es de tipo divulgativo y no puede reemplazar el diagnóstico de un profesional.

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