A lo largo de nuestra vida vamos desarrollando la autoestima, desde la infancia, y según nuestras experiencias y crecimiento, esta se va moldeando y modificando . Podríamos decir que la autoestima no es del todo “estable” pues a lo largo de los años habrá momentos en los que podamos tener la autoestima más alta o más baja. En el artículo de hoy hablamos de la autoestima baja, sus causas, consecuencias y remedios.
Como decíamos, la autoestima comienza desde la relación y los primeros intercambios en la infancia con las personas cuidadoras. Las experiencias denominadas "de espejo positivo" son las más tempranas, las que tienen más probabilidades de desarrollar una buena autoestima del Yo.
¿Cómo son estas experiencias? Son experiencias de las que depende la creencia de ser alguien valioso y digno de amor y, por tanto, la capacidad de amarse a uno mismo. De hecho, la autoestima está estrechamente vinculada:
- Al autoconcepto de cada persona.
- A creencias sobre lo que creemos que somos o lo que pensamos que deberíamos ser.
- A la imagen que creemos que los demás tienen de nuestra persona.
El ser humano es un ser relacional y para vivir necesita establecer relaciones sociales, vínculos positivos y auténticos como los de la amistad y la familia, que contribuyen a sentirse valorado, estimado y querido.
De hecho, la necesidad de estima y afecto figura entre las principales necesidades humanas y la encontramos, junto con la de autorrealización y pertenencia, en la pirámide de Maslow. La estima de los demás y una visión positiva de las propias características individuales refuerzan el sentido de uno mismo, la propia Identidad. ¿Qué ocurre cuando faltan estos elementos, cuándo sientes "no tengo amigos" y no te sientes valorado?

Baja autoestima: las causas
¿Por qué una persona experimenta baja autoestima? Las causas de la autoestima baja incluyen todas aquellas experiencias que contribuyen a conformar la opinión que tenemos de nuestra persona, entre las que podemos encontrar:
- Haber tenido padres estresados, infelices y especialmente estrictos o críticos.
- Haber sufrido traumas infantiles que hayan dejado en la persona un sentimiento de vergüenza o un rechazo a las interacciones sociales (en los casos más graves puede haber detrás un trastorno evitativo de la personalidad, por ejemplo).
- Haber sufrido malos tratos físicos y psicológicos.
- Haber sufrido acoso escolar o situaciones denigrantes en la escuela, o en otros contextos, en relación con el propio físico, lo que puede desencadenar un mecanismo de baja autoestima a causa del propio cuerpo (body shaming).
- Haber sufrido problemas emocionales (que pueden causar autoestima baja en el amor).
- Pertenecer a una minoría étnica o cultural o a un grupo social sujeto a prejuicios.
- Tener experiencias negativas en la edad adulta, por ejemplo problemas en el trabajo como burlas o intimidaciones.
- Padecer una enfermedad crónica que distorsiona la imagen que uno tiene de su persona y de su cuerpo.
Síntomas de baja autoestima
Como hemos visto, el significado de la autoestima baja puede estar relacionado con la interpretación negativa que tenemos de nuestra persona y de nosotros mismos en relación con los demás. Muchas personas evitan relacionarse con los demás de forma activa porque, por cada intento de acercamiento que sale mal, atribuyen la causa a factores externos difíciles de controlar: su locus de control está orientado hacia el exterior.
La baja autoestima conlleva síntomas psicológicos, pero también físicos. Quienes piensan "tengo autoestima baja" pueden experimentar:
- tristeza, soledad y ansiedad;
- sentimientos de culpa;
- miedo a no saber qué decir o a decir las cosas equivocadas;
- necesidad de aislarse;
- miedo al abandono y al rechazo;
- miedo a ser traicionado;
- pensamientos de inadecuación y atelofobia;
- miedo a no estar a la altura de las expectativas;
- miedo a ser decepcionado y no correspondido.

Baja autoestima: ¿qué consecuencias tiene?
La autoestima baja puede llevar a las personas a aislarse, evitando situaciones de inseguridad en las que existe la necesidad de exponerse a los demás, para "protegerse". Sin embargo, de este modo experimentan tristeza y soledad compuestas por sentimientos de desánimo y frustración causadas por la falta:
- de relaciones sociales;
- de contacto, apoyo, confrontación y juego con los demás.
Baja autoestima y relaciones
La autoestima baja tiene consecuencias físicas y psicológicas en las relaciones con los demás en muchos ámbitos de la vida.
- Niños con baja autoestima: la autoestima baja en los niños tiene consecuencias que afectan a la imagen que están construyendo de sí mismos. En algunos casos, el niño adopta una actitud agresiva y prepotente para disimular esta dificultad, lo que puede derivar en acoso escolar.
- Baja autoestima en la adolescencia: los adolescentes con baja autoestima, para compensar el sentimiento de inadecuación o inferioridad que surge de la confrontación con los demás, a veces adoptan comportamientos que pueden desembocar en trastornos alimentarios o adicciones, desatienden su rendimiento escolar y se aíslan de sus compañeros.
- Baja autoestima y relaciones de pareja: la inseguridad en el amor y la baja autoestima pueden llevar a comportamientos controladores hacia la pareja, celos, miedo a ser traicionado y miedo al abandono. La autoestima baja por un amor no correspondido puede llevar a fuertes sentimientos de autovaloración relacionados con ese hecho, convirtiendo la inseguridad y la baja autoestima en los principales elementos de la forma de interactuar en la relación de pareja.
- Baja autoestima y sexualidad: las personas con autoestima baja pueden tender a vivir la intimidad con poca espontaneidad, quizás debido al vínculo entre la baja autoestima y el aspecto físico, que no les permite vivir su vida sexual con serenidad
- Baja autoestima y homosexualidad: la orientación sexual también puede desencadenar pensamientos de autoevaluación, baja autoestima e inseguridad, a menudo provocados por la forma en que se interpretan los juicios de los demás. En algunos casos, las causas de la baja autoestima pueden estar relacionadas con la homofobia interiorizada, es decir, aquellos sentimientos negativos que surgen al interiorizar los prejuicios de la sociedad contra la homosexualidad o la transexualidad (hablamos en estos casos de transfobia).
- Baja autoestima en el trabajo: en el trabajo, la autoestima y la ansiedad de rendimiento pueden estar estrechamente relacionadas. En este caso, los problemas de relación causados por la autoestima baja pueden conducir a una falta de proactividad y de confianza en uno mismo y a conflictos con compañeros y superiores.
- Baja autoestima y resiliencia: una baja autoestima puede dificultar el desarrollo de la resiliencia, esto es, la capacidad de una persona para adaptarse y recuperarse de manera saludable frente a situaciones adversas o estresantes.
Soledad
Los mecanismos provocados por la baja autoestima (no creer en uno mismo y creerse fracasado) pueden dar lugar a un círculo vicioso (el síndrome de Casandra es un ejemplo), lo que conduce al aislamiento. La falta de relaciones, a su vez, conduce a la tristeza y la soledad y, por tanto, a una disminución de la autoestima de nuevo.
La soledad es una condición humana, a veces útil y necesaria, sin la cual no seríamos capaces de conocernos y comprendernos a nosotros mismos. Nos permite entrar en contacto con nosotros mismos y, como dice el psicólogo Erich Fromm:
"Paradójicamente, la capacidad de estar solo es la primera condición para la capacidad de amar".
Pero también puede generar malestar y depresión reactiva cuando se convierte en un estado habitual de "desconexión" con los demás.

Baja autoestima, depresión y ansiedad
El sentimiento de soledad y la autoestima baja suelen ser los principales indicadores de malestar psicológico. Señales de advertencia subyacentes, por ejemplo:
- depresión;
- distimia;
- ansiedad y problemas relacionales como el aislamiento y la fobia social.
El perfeccionismo, los problemas de autoestima y la ansiedad social, así como la angustia y la soledad, parecen estar muy presentes en la sociedad contemporánea, que a menudo impone normas de rendimiento o estéticas de las que algunas personas se convierten en víctimas.
La relación entre la falta de autoestima y la depresión, pero también entre la ansiedad y la baja autoestima, fue investigada en un estudio realizado por Julia Sowislo y Ulrich Orth, quienes afirman:
"La baja autoestima y la depresión están fuertemente correlacionadas, pero aún no hay pruebas consistentes sobre la naturaleza de la relación. Mientras que el modelo de la vulnerabilidad afirma que la baja autoestima contribuye a la depresión, el modelo de la escasez afirma que la depresión erosiona la autoestima. Además, se desconoce si los modelos son específicos de la depresión o si también se aplican a la ansiedad."
Del estudio de los dos modelos en una muestra muy amplia se desprende que los resultados confirman las afirmaciones del modelo de vulnerabilidad. Con respecto a la relación entre depresión y autoestima baja, se demostró que:
"El efecto de la autoestima sobre la depresión fue significativamente más fuerte que el efecto de la depresión sobre la autoestima", mientras que sobre la baja autoestima y la ansiedad se observó que "los efectos entre la baja autoestima y la ansiedad estaban relativamente equilibrados".
La terapia para la autoestima baja y la depresión puede ayudar a la persona a superar algunas dificultades relacionadas, como las derivadas de la autoevaluación constante. El trabajo psicoterapéutico puede ser igual de eficaz para tratar la ansiedad, la baja autoestima y la soledad.
En las relaciones con los demás, por ejemplo, experimentar baja autoestima y ansiedad social puede llevar a evitar muchas oportunidades de encuentro, lo que provoca aislamiento y deteriora las relaciones.
Baja autoestima y psicología: salir del círculo vicioso
¿Es posible tratar la baja autoestima con tratamientos específicos? No existe una "receta" universal para superar la baja autoestima porque, como hemos visto, tener problemas de autoestima implica matices diferentes para cada persona.
Una interesante visión general de los mecanismos de la autoestima nos la ofrece Maria Miceli en uno de sus libros sobre la autoestima:
"Conocerse y comprenderse a uno mismo y a los demás es también una condición esencial para aprender a vivir mejor".
Pero, ¿cómo "comprenderse a sí mismo"? A veces, hay quienes consideran que pedir ayuda es de débiles pero, en realidad, quien lo hace es valiente, ya que es capaz de cuestionarse a sí mismo y reconocer que determinados comportamientos o acciones no son tan funcionales para su propio bienestar. Es importante:
- Reconocer que se está dentro de esa dinámica y evitar subestimarla (punto clave también a la hora de entender cómo salir de una depresión)
- Implicarse, incluso pensar en nuevas posibilidades de acción.
- Pedir ayuda, incluso a un profesional para saber, por ejemplo, cómo mejorar la autoestima y superar la ansiedad o romper el vínculo entre baja autoestima y depresión.

Cómo solucionar la baja autoestima: terapia psicológica
Iniciar terapia, por ejemplo con un psicólogo online, puede ser la mejor manera de empezar a cuidarse uno mismo, cambiar la situación, adquirir una nueva conciencia y trabajar la autoestima.
Este camino permite:
- Renunciar a la ambición de perfección. Es importante trabajar en la autonomía de uno mismo, fijarse objetivos que no sean demasiado exigentes o poco realistas, que probablemente no alcanzaremos, y tomar conciencia de nuestros límites y capacidades.
- Darse permiso para equivocarse. Aprender a juzgar los errores como algo soportable, permisible, normal, humano. Esto puede permitirnos perdonarnos por nuestros errores, liberándonos de la trampa del miedo.
- Reconocer, aceptar y aprender a gestionar el miedo a la desaprobación social.
- Mantener una constancia de sí mismo a pesar de los fracasos, adquiriendo conciencia de que la autoestima, la percepción que cada uno tiene de sí mismo, puede cambiar porque está constantemente influida por numerosas variables que encontramos a lo largo de la vida.
- Aprender a recompensarse cuando se avanza hacia un objetivo: esto ayuda a reconocer el propio valor, a recompensarse por el esfuerzo realizado y aumenta las posibilidades de repetir el esfuerzo en el futuro, aumentando así la motivación.