El trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno mental que combina problemas de impulsividad, hiperactividad y dificultad para concentrarse, todo de manera persistente.
Los adultos que presentan este trastorno con frecuencia tienen que lidiar con dificultad para establecer relaciones sociales, problemas de autoestima, desempeños negativos académicos o laborales, entre otros conflictos que interfieren con su bienestar.
Por regla general, los síntomas del trastorno de déficit de atención no se manifiestan por primera vez en la edad adulta, sino durante la infancia. Sin embargo, algunas personas no son diagnosticadas hasta la adultez, de manera que el TDAH puede pasar desapercibido durante la infancia y adolescencia.
No obstante, esto no implica que los síntomas sean más claros en la adultez. De hecho, lo más frecuente es que sean más evidentes durante la infancia. En muchos casos de TDAH en adultos, la hiperactividad puede reducirse, haciendo que el trastorno sea menos evidente. Los síntomas de inquietud, impulsividad y dificultad para concentrarse sí pueden manifestarse de la misma manera en ambas etapas.
Aunque no existe una cura para este trastorno mental, el tratamiento indicado para niños y adultos se centra en la reducción de la gravedad de los síntomas. Esto se consigue mediante psicoterapia, uso de psicofármacos no estimulantes y, en caso de que exista, el tratamiento para otras afecciones mentales subyacentes.

Síntomas del trastorno de déficit de atención
La gravedad de los síntomas puede variar notablemente de una persona a otra. Además, factores como la edad también influyen en ellos. Por esta razón, en algunas personas son menos visibles a medida que envejecen.
Los síntomas que más afectan a las personas adultas:
- inquietud;
- dificultad para prestar atención;
- impulsividad.
Aunque parezca fácil de identificar, existen muchos casos de TDAH sin diagnosticar, y muchas personas podrían padecerlo sin ser conscientes de ello. Las personas con TDAH no diagnosticado pueden pensar que los problemas para priorizar tareas o concentrarse son parte natural de sí mismos. Por eso, podrían llegar a acostumbrarse a olvidar eventos sociales o reuniones importantes y al incumplimiento de responsabilidades con fechas límite.
Por otra parte, la dificultad para lidiar con sus impulsos les puede afectar negativamente en su vida diaria. Actividades cotidianas como hacer una fila o conducir durante un atasco pueden derivar en ataques de cólera, frustración o cambios drásticos de humor. Los principales síntomas son:
- Dificultad para ejecutar y finalizar tareas.
- Temperamento iracundo.
- Problemas para lidiar con el estrés.
- Poca planificación.
- Inquietud o acción excesiva.
- Incapacidad para hacer varias tareas a la vez.
- Poca capacidad de administración del tiempo.
- Dificultad para priorizar actividades y desorganización de las mismas.
Diferencia entre el TDAH y comportamientos atípicos
Quizás puedas verte reflejado en algunos de estos síntomas, pero no por eso tienes que padecer TDAH. Lo más probable es que si estos síntomas aparecen de forma repentina o temporal no se padezca el trastorno.
El diagnóstico del trastorno de déficit de atención con hiperactividad solo se efectúa en casos donde hay suficiente evidencia que respalde que los síntomas revisten persistencia y suficiente gravedad como para influir negativamente en la vida diaria. Los especialistas deben encargarse de rastrearlos desde la infancia para diagnosticar correctamente el trastorno.
Resulta difícil efectuar un diagnóstico en la edad adulta, ya que algunos de los síntomas guardan gran similitud con afecciones como trastornos del estado anímico o de ansiedad. De hecho, es frecuente que adultos con TDAH también padezcan otros trastornos, como ansiedad o depresión.

Causas del trastorno de déficit de atención e hiperactividad
Hoy en día, no se sabe con certeza cuál es la causa de este trastorno mental. Sin embargo, se han podido identificar algunos factores que podrían influir en su desarrollo. Entre estos, el más destacado es la genética. Se considera que podría tratarse de un trastorno hereditario.
De igual forma, ciertos factores ambientales durante la infancia podrían estar relacionados. En concreto, se teoriza sobre las altas exposiciones a plomo durante la infancia.
Además, algunos problemas de desarrollo que afecten al sistema nervioso central durante la gestación también podrían dar origen al TDAH. Por ejemplo, en madres que durante el embarazo han consumido sustancias adictivas, los efectos de las drogas pueden causar:
- Mayor riesgo de que los hijos padezcan este trastorno.
- Parto prematuro.
Si reconoces alguno de los síntomas, hasta el punto que dificultan tu día a día, puede que ir al psicólogo pueda ser de ayuda. En Buencoco, la primera consulta cognoscitiva es gratis, ¿pruebas?