Sentirse bien o no con el cuerpo, con la carrera profesional y hasta con las relaciones amorosas son algunos de los aspectos que trata la autoestima. La autoestima es la percepción que tienen las personas sobre sí mismas y que puede afectar a su proyección con la sociedad.
La autoestima es muy compleja y no solo incluye la percepción, sino la valoración individual. De esta forma, una persona puede preguntarse si es o no lo suficientemente válida para la familia, amigos y compañeros de trabajo.
¿Qué determina cuánta autoestima tienes?
La autoestima se crea desde la infancia y marca la relación que alguien tiene consigo mismo. Todas las personas cuentan con su propia proyección mental y la manera en la que se perciben. Por eso, puede ser positiva o negativa, así como alta o baja.
El entorno en el que se crece y las relaciones con los padres marcan los niveles de autoestima que, además, definen la esencia y personalidad. A través de la autoestima no solo puedes percibir si eres bueno o malo en algo, sino también quién eres y cómo te ven otras personas. Cuidado, pues la percepción que tengas de ti puede ser o no real.
La educación en el hogar, la relación con los amigos, el entorno escolar, social y familiar contribuyen a forjar la autoestima. Por ejemplo, la relación entre una madre narcisista y su hija puede desencadenar problemas como el body shaming o la vergüenza que una mujer tiene sobre su propio cuerpo. Esto es algo que no solo se limita a la relación entre madre e hija, sino también se extiende a los hijos e incluso, entre padres e hijos y entre hermanos.
La percepción que una persona tenga sobre sí misma puede llevarla a involucrarse en relaciones tóxicas que podrían reducir los niveles de autoestima o destruirla por completo. Por ejemplo, uno de los miembros de la pareja puede hacer que el otro se vea a sí mismo de manera negativa o pierda la autoestima que tenía.
Estar en una relación en la que cualquiera de los dos hace sentir inferior a su compañero sentimental y le humille o avergüence constantemente, incluso hasta caer en episodios de violencia, reduce los niveles de autoestima.
¿Qué es la autoestima según la psicología?
La psicología da una importancia muy especial a la autoestima aplicando diferentes estrategias para conseguir que una persona aumente su percepción positiva, como:
- Usar un diálogo interno para enviar mensajes positivos a la mente.
- Estimular las habilidades para resolver problemas.
- Ayudar a interpretar situaciones o eventos que no dependen de la persona de una forma más positiva para la autoestima. Recuerda que no es posible controlarlo todo y las acciones de otros no dependen de ti.
- Modificar estándares cognitivos. Por ejemplo, evitar la creación de expectativas excesivamente altas.
- Mejorar las habilidades comunicativas.
La psicología y sus disciplinas concluyen que la autoestima juega un papel fundamental en la relación de los seres humanos con otras personas y en el desarrollo personal. Por ejemplo, alguien puede sentirse merecedor de ciertos tratos amorosos o maltratos.
Para la psicología, la autoestima es algo emocional que suma la aceptación personal y el autoconcepto (la propia percepción). No se trata de un simple esquema mental tras hacer una evaluación personal positiva, sino que la autoestima es el resultado de una evaluación objetiva.
Vayamos por partes. Los niveles de autoestima pueden bajar o subir dependiendo del momento en el que se haga la evaluación. Una persona que atraviesa una ruptura amorosa o pasa por un despido laboral es más probable que tenga la autoestima más baja que cuando estaba en la mejor parte de la relación o tenía trabajo.
La importancia de quererse a uno mismo
¿Por qué es tan importante la autoestima? La percepción que tengas sobre ti repercute directamente en la salud mental. De hecho, como sabemos por el efecto Pigmalión, las expectativas que depositamos en los demás o en nosotros mismos pueden influir en nuestro comportamiento.
Y es que cuando la autoestima baja, no es posible interactuar de manera sana con el medio que te rodea. Además, cuando se atraviesa por un momento en el que la autoestima está por los suelos, los ataques de otras personas pueden perturbar las emociones y desencadenar situaciones de estrés y ansiedad. Asimismo, con una baja autoestima es más probable que desarrollemos problemas como un complejo de superioridad para compensar nuestras inseguridades.
Estar bien con uno mismo implica quererse y aceptarse tal como se es de forma incondicional. Una persona que tiene una buena autoestima es capaz de mantener la calma, reaccionar con asertividad ante innumerables situaciones y sentirse bien con su forma de actuar.
Fortalecer la autoestima ayuda a cuidarse a uno mismo (autocuidado) y a prevenir la aparición de ciertos trastornos psicológicos como la ansiedad o la depresión. También permite crear una base óptima para relacionarse con otras personas. En definitiva, una buena o mala autoestima determina la forma en la que cada individuo se comporta con su entorno.
¿Es lo mismo la autoestima que el amor propio? Como ya hemos visto, la autoestima implica aceptarse y quererse tal y como se es, lo que se traduce en el amor propio. Y quererse a uno mismo de manera incondicional no solo hace que te sientas mejor, sino también que establezcas relaciones sanas con otras personas.
¿Cuáles son los niveles de la autoestima?
La autoestima puede clasificarse como alta o baja, aunque también se puede decir que es buena o mala.
- Autoestima alta. Las personas con una buena autoestima se aceptan y tienen autoconfianza; se sienten bien consigo mismas y son capaces de relacionarse de forma sana con sus familiares, parejas, amigos y compañeros de trabajo. Saben gestionar de forma asertiva los comentarios negativos que otras personas puedan tener sobre ellos porque son conscientes de que no son ciertos.
- Autoestima baja. Cuando alguien tiene baja autoestima suele ser perfeccionista e hipersensible ante las críticas, complaciente en exceso con los demás, querer más a otras personas que a sí mismo, ser muy autocrítico y sentir culpa. Esta falta de confianza y valoración personal puede obstaculizar el desarrollo de la resiliencia, dificultando la capacidad de adaptarse y recuperarse de las adversidades de manera saludable.
¿Cómo puedes mejorar tu autoestima?
La autoestima es algo que forjas desde la infancia y de manera inconsciente. Como ya hemos visto, influye la educación recibida en casa, así como la relación con tus padres, hermanos, amigos y hasta los profesores del colegio. De todas formas, a lo largo de nuestra vida y según nuestras experiencias, pasamos por diferentes niveles de autoestima. Habrá etapas en las que sintamos que nuestra autoestima está más alta y otras en las que no.
Si sientes que no estás a gusto contigo mismo, que no eres suficiente como persona ni que merezcas una relación amorosa o un puesto de trabajo; o si te enfrentas a problemas con la familia y los comentarios de la gente te hacen daño, es posible que tus niveles de autoestima sean bajos.
La psicología positiva también te puede ofrecer herramientas valiosas para fortalecer la autoestima, enfocándote en tus fortalezas y mejorando tu bienestar psicológico. Y, por supuesto, ir al psicólogo es una manera eficaz para comprender qué es lo que te está haciendo daño, por qué no te sientes bien contigo mismo y qué medidas puedes tomar para ayudarte a quererte y aceptarte tal y como eres.
